2º Aniversario del Blog: Querido Diario



Hay momentos en los que te dicen que debes seguir adelante, que puedes olvidar todo lo que ha ocurrido y dejar que corra como el agua en el río, sin importar lo más mínimo mis sentimientos, mis reacciones e incluso, los dichosos cambios de humor que acontecen en determinados momentos. Me gustaría hacer todo eso, de verdad, pero lo que ha ocurrido ha estado presente en cada día que ha pasado, en cada momento en el que mi mente ha decidido hacérmelo ver; hay cosas que son pasajeras pero otras, permanecen dentro de nosotros mismos y no podemos deshacernos de ellos como si jamás hubieran existido y borrarlas, dejaríamos de ser humanos, ¿verdad?

Me gustaría decir que ha sido un año exitoso, que he conseguido todo lo que quería, que el dolor se ha esfumado de mi vida y que he podido sacarme otro año más de carrera sin problemas, pero siento decirte que no es así, ha sido algo más complicado que eso. No todos podemos ser inmunes a que nos controlen, nos intenten manipular y traten de transformar nuestra personalidad, que nos anulen por completo como si no fuésemos nadie, como si nada de lo que sintamos tuviera sentido; nadie debería pasar por eso. E aquí alguien que lo ha pasado y no ha sido agradable, no es algo de lo que alguien se sentiría aliviada y, mucho menos, cuando te has sentido prisionera de un montón de normas absurdas que no van contigo, cuando no puedes sentirte tú misma por esa falsedad que te envuelve, esa sensación de no estar en el lugar en el que perteneces por mucho que quieras engañarte, por mucho que necesites sentirlo, dejando de creer de verdad que ha ocurrido.

No puedes olvidar esos momentos en los que te has roto por dentro, en los que has sentido que ibas a morir, en los que sentías que dejabas de formar parte de un universo más grande que tú misma, cuando sentías que llevabas todo el peso sobre tus hombros y no podías respirar, cuando ibas a explotar de un instante a otro, en el momento en el que tus lágrimas no dejaban de brotar porque te sentías tan sola y desolada que eras incapaz de mediar palabra, cuando todo en lo que creías se desmoronaba y empezabas a conocer las reacciones que los de tu alrededor tenían en cuanto a ti, cuando empezaste a darte cuenta de quiénes eran en realidad. A nadie le gustaría olvidar eso, ni siquiera dejar que fuera pasajero, siempre se debe hacer un recordatorio, se debe ser consecuente con los actos, ser alguien decente y ser la persona que los recuerda de primera mano y hace honor a ellos porque han sucedido. 

No puedo cerrar los ojos a críticas que no se fundamentan en nada en absoluto, las justificaciones absurdas no van conmigo y no espero que se respeten mis decisiones porque esperan de verdad que haga lo que los demás quieren que haga, después de conseguir que me arrastrara por el suelo con todo el dolor que soportaba dentro de mí y que a pocos les interesaba lo más mínimo. Al igual que no se puede ignorar el hecho de querer a alguien que nunca te ha respetado, siempre te ha insultado y te ha infravalorado, cuando no has sido nadie para ellos y aún exigen lo que no pueden tener. Tampoco puedes ser quién no eres, sobrepasar franjas de falsedad que ni siquiera tú puedes aguantar, tampoco comportarte como ellos y pretender que quién habías desaparezca cuando en realidad está muy dentro de ti esperando a salir desesperadamente.

He sentido la toxicidad de mi alrededor, la falsedad saliendo a través de sus labios, el maltrato psicológico respirarse en el aire, la tensión y el despropósito agarrándose más y más a mi cuerpo como algo de lo que no podría soltarme jamás, sentía sus ojos de desaprobación observándome constantemente, un mar de críticas y justificaciones que tenía que dar por cada cosa que hacía, teniendo que soportar todos sus comentarios absurdos, su control sobre mí y el tener que agachar la cabeza ante sus amenazas. He de reconocer que todo ésto me volvió loca y, estoy totalmente segura de que a cualquiera le hubiera vuelto igual de majara, simplemente era un siervo más de sus esclavos, de aquellos que les chupan el culo, aquellos que aceptan que les maneje una panda de manipuladores que tan solo ponen dinero y ya piensan que son los reyes del mundo.

También he encontrado la concordancia de ideas, el cariño compartido y el ímpetu de unos besos que no querría que se desvanecieran. Ha sido posible para mí encontrar a alguien que me entiende, me respeta, considera mis opiniones y termina siendo mi otra mitad, lo que me falta para seguir existiendo en este mundo loco y lleno de odio y resentimiento, venganza y desaprobación, crítica y obediencia. No es difícil comprometerse si el otro también lo hace, todo fluye cuando compartes las mismas cosas y estás interesado en hacerlo, si amas tanto a alguien que podrías hacer cualquier cosa por seguir estando tan cerca de él como sea posible. Han fluido muchas cosas dentro de mí, ese ímpetu que nunca había sentido, esas ganas de hacer cosas, de ser quién realmente soy, de comportarme como una persona y no como otro robot estúpido que no tiene ningún otro punto de mira que seguir a quién tiene al lado para que no le mire mal, mi forma de vestir, la forma de hablar, de volver a mi "yo" interior y dejar que las cosas vuelvan a equilibrarse, gracias a una sola persona, la única que ha conseguido que llegue a anhelar mucho más que su sonrisa, la tranquilidad en sus ojos y todo ese amor que le acompaña. Ésto tampoco puede olvidarse, lo que se siente cuando estás con la persona correcta, con alguien que es capaz de mirar a través de ti y encontrar cosas que ni tú esperabas encontrar y conseguir que puedas confiar. Teniéndole, para mí es más que suficiente.

Las pérdidas nunca han sido agradables para nadie, más si has tenido un vínculo emocional tan fuerte que es difícil de explicar. Ha sido un muro enorme del que a veces es difícil escapar, es complicado no pensarlo, no tenerlo presente, e incluso, llorarlo. Es inevitable sentir esa congoja cada vez que lo recuerdas, un anhelo presente cada día como si fuera ayer, un amor incondicional que nunca habías sentido, un sentimiento de protección que no querías que te arrebataran porque en ese instante, era lo más valioso que tenías en tus brazos. No es sencillo tener que dejar de lado todo ésto y mantener la mente fría, dejar que los demás muevan los hilos que tengan que mover para quitarte esa resposabilidad que pesaría sobre mis hombros hasta el final de mis días, dejar que los demás mataran un trocito de mí como si no importara lo más mínimo, como si sentirte como si desvanecieras no fuera suficiente, como si sentirte morir no fuera duro. 

Han habido personas que me han apoyado en mis decisiones, las que han tenido más comprensión conmigo y han tenido lo mismo por mi parte. No puedo evitar ser agradecida con todo ello, prefiero eso que todo el dinero del mundo, me gusta poder contar con alguien que sé que siempre estará a mi lado pase lo que pase, en las buenas y en las malas y que no me repudie por las decisiones que tome. El apoyo es fundamental, el amor incondicional es una de las cosas que me caracteriza y no puedo evitar y ser único es una de las mejores sensaciones que puedes tener; así que, no puedo evitar sentirme atraída por la comprensión, el anhelo hacia ser querida por alguien que no piensa tan mal de mí y me hacen ser partícipe de sus vidas al igual que yo con la mía. 

Lo que jamás entenderé es que haya personas por el mundo que sean tan prepotentes, que miren a los demás por encima del hombro como si no fuésemos nada por tener menos dinero o por vestir de otra manera, no tienen derecho a tratarnos como una mierda por ser diferentes, por entender las cosas de otra manera o por gustarnos una música u otra. No le encuentro el sentido a ser un pijo remilgado y falto de sesera, que consiga todo lo que quiere y que encima tenga más dinero del que debería para autoabastecerse, mientras yo que soy una persona amable, educada y dedicada a los demás, me tengo que comer los mocos y tragarme las gilipolleces que salen de sus bocas llenas de palabras de mierda sin sentido. A veces, lo único que deseo es irme a una isla desierta a pasar la vida tranquilamente y donde estas urracas no molesten.

En resumen, creo que he tenido un año bastante movido. Las subidas y bajadas de emociones han estado aquí y allá, a veces, no conseguía aclararme y mi cuerpo me lo ha mostrado con creces con sus incesantes idas y venidas de dolores de espalda. Los nervios han estado presentes durante todo este tiempo, algo que siempre ha estado ahí de primer plato, de segundo revuelto de estómago y de tercero intentar respirar hondo y esperar que las cosas me afecten menos de lo que me espero. Las cosas no son fáciles para nadie, pero a veces, no espero más que malas noticias, estar en guardia y con suerte sobrevivir a estas constantes palabras, actos o lo que sea que ocurren a menudo y, a veces, pienso que no voy a poder salir de esa ola de mierda. Las cosas irán progresando, lo sé, lo que no acepto, pronto lo haré, lo que no me gusta, tendré que acabar acostumbrándome y sabiendo que todo lo que sube después baja, permaneciendo impasible ante las miradas de otros, los cuchicheos y demás tonterías. 

Lo que nunca cambiará serán mis sentimientos, mi forma de ser y terminar mostrando al mundo quién soy al mundo no tiene precio. Prefiero ser yo que otra copia barata, prefiero tener a alguien que esté a mi lado pase lo que pase que una muñeca de plástico a la que follarte cuando quieras, prefiero amar incondicionalmente que estar cambiando constantemente de tío y prefiero hablar que quedarme callada, expresar lo que siento como sea antes que ser una más del montón, respirar aire puro antes que estar encerrada en una celda el resto de mi vida. Ser alguien, parte de un mundo cruel, parte de la vida de alguien y poder convertir mis días oscuros en días diferentes.
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